jueves, 13 de diciembre de 2018

Mis párpados son guillotinas
que decapitan la calma latente
cuando me miras de lejos.

Al otro lado del muro contemplo la vista:
Es tarde y la marea se eleva 
arrastrando a su paso a bañistas sorprendidos 
que se abandonan a la corriente.
El agua cubre la arena del reloj que rompí,
pero detiene su conquista
antes de golpear mis pies impasibles.

Cuando bajo la mirada,
mis párpados hablan por mi garganta
y decapitan la calma latente.

1 comentario:

  1. Si pudiera rompería todos los relojes para así parar la vida... y saborearla bien.
    Precioso poema.
    Besos grandes.

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