viernes, 31 de marzo de 2017

LA NOCHE DE SANTIAGO - Alejandra Pizarnik

Sí –dije– ve, ve, ve (sintiéndome, oh siempre, en el centro exacto del abandono). Vi sus ojos en el resplandor cortado de oscuridades hirientes, súbitas. Vi sus ojos en el sonido de la tormenta, en los colores ardiendo como pájaros muy efímeros. Que se vaya –me dije– yo no pretendo, no intento, no comprendo. No me dejes –dijo– no me exiles de ti. En lo alto, en lo puro del abandono. Llamarme a mí pequeña abandonadora. Antes de desaparecer vi sus ojos no comprendiendo. Trémulo gesto de mi cara para ir a llorar importantemente en la noche del no se sabe quién es abandonado.