martes, 10 de noviembre de 2020


Miro tu pelo, que me saluda al viento

y acaricia mi rostro acartonado.

Relajo los nervios, sonrío al tacto, 

y el deseo despierta en mí voces hibernadas 

que aplauden la llegada del otoño.

La esperanza se recompone 

y camina sobre las hojas caídas

que rugen cuando pasamos.

No nos importa el ruido de fuera,

escuchamos nuestros corazones nudos

que se aceleran con la cercanía,

y entrelazamos nuestras manos,

yo tan fría y tú bien cálida,

sopesando la armonía como arte.

Miro tu pelo templado

y te quiero cada día más

-Mi tándem, mi amiga, mi amante-.