miércoles, 27 de abril de 2022

 

Ahogados en los márgenes del drama,

queriendo y no sabiendo actuar:

llueve la misma canción por octava vez,

un ave saluda entre las nubes

y la primavera se marchita. 

Ya no quedan pétalos que deshojar.

 

Ahora me giro y te veo;

rozo la ribera con cautela 

y te salpico,

pero no parece molestarte.

Conque aquí seguimos,

cayendo sobre mi tiempo y la paciencia,

entre pájaros, peces, aviones y coches

que me adelantan 

y llegan a su hora.

 

¿Vuelvo a soñar?, pero no duermo.

Tantas vueltas a esta manzana

y no puedo dejar de morderla.

Mi corazón se cierra 

y mis ojos laten.

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