jueves, 17 de septiembre de 2020

Irreal

Mis piernas chorrean ríos de agua amarga

y yo las abrazo sintiéndome una princesa

que duerme sobre una nube 

cada vez más corpórea

en la que estoy aprendiendo a vivir.

Me aferro a ellas para no olvidar

que sigo en esta playa, dentro de mí

y que esto no es un sueño.

Bajo la droga del miedo

el vértigo oprime mi cabeza

y como una fuente, 

emano un grito de auxilio.

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