lunes, 12 de febrero de 2018

Arriba

Fin de la obra y yo aplaudo por convenio a este silencio y su eco infinito. Pretendo que la magia quede contenida y, ajena a nosotros, no se consuma por el capitalismo.

Sin el desgaste de lo común, lo hastíamente real, lo finito sin remedio. Si lo adquiero se destruye. Dejémoslo pues así, allá en lo alto. Es una nube blanca y se mueve a gran velocidad con ayuda del viento. Y el tiempo.


El rumor se aleja intacto, es una ilusión pulida por la nostalgia, un pasado que nunca pierde su brillo. Es un ser que sobrevive a una criba interesada, en continua evolución, ciclos y flechas, así de apasionante.

Yo estoy allí y me siento extranjera de mi vida.



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