Te estás quedando
atrás… Y sigues quieto.
Se me ocurre que
eres un océano en calma y que esta película comienza con una playa.
En el centro del
plano, tu silueta, de espaldas, junto a una sombra que tiene la forma de mi
cuerpo. Se va atenuando.
Por la noche, cuando te
veo sin que estés, cuando la ciudad se apaga y tú vuelves a ser un
niño.
Me abrazabas. Sí,
de pequeño me abrazabas. Cuando sueñas con pájaros y te ocultas entre las
plumas y finges volar.
Pero te rodean
solemnes barreras forradas de piel.
Y yo sé la verdad, pero sigo
disimulando.
Que no te quiero,
que no te… necesito.
Ah. Ya lo dije.
Mi verdad ha
salido a la luz -¿hasta qué punto es real?-.
Y entonces, la
escena final:
Todos, alrededor
de una mesa, brindando por la libertad.
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