viernes, 1 de abril de 2016

Andrea


Normalmente sucede que conocemos a personas que nos llevan a otras personas, y estas a otras, y por estas llegamos a otras nuevas. Algunas se quedarán, otras se irán. Unas serán la piedra que nos hará caer y quedarnos pequeñitos e inmóviles en el suelo; otras serán el agua que nos hará crecer como a una flor, y a esas las querremos mantener para siempre a nuestro lado. En mitad de mi gran tropiezo, yo encontré la flor más bonita del campo, y comprendí que la vida te quita, pero que también (y sobre todo) te da. Y vaya si me dio…

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