He realzado la vista
y el paisaje ha cambiado sus formas.
El amanecer entra en mi casa
y yo me pierdo en el norte;
otros ruidos, aves y relojes.
El extraño se gira, me abraza
y las flores brotan de mi pecho.
Marzo baila así libre... tan lejos
del lago de la disonancia,
espejo de mi rostro velado.
Ahora su color es de un verde precioso:
La esperanza me mira
y me devuelve la sonrisa.
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