Hay tanto frío ahí fuera,
que me arrugo,
mientras sonrío
al calor de esta lámpara.
Hay un resplandor en el horizonte
y un agujero en la pared
que guarda mi secreto.
--Suena “The Secret in the Wall”--.
Esta canción remueve mi congoja
y humedece mis cuencas
con todas las cuitas y culpas
que cargo en la columna:
La vida en sí,
colmada de belleza,
amor,
naturaleza
y dolor.
Bailaría todas estas emociones
al son de su compás
y sería feliz en mis sollozos.
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