Acabo de darme cuenta:
desde la ventana de mi habitación de Miles Platting se observan las ramas
gigantes de un árbol que decora el rincón derecho del jardín de nuestra casa. Siempre
supe que estaba allí, pero no ha sido hasta este preciso
domingo -And when I'm lying in my bed, I think
about life and I think about death- que he vivido su presencia solemne con
plena consciencia. Hoy las hojas de este árbol son amarillentas, pero sé que
cada mañana cuando despierte y mire por la ventana serán imperceptiblemente
diferentes, quizá más pardas, más consumidas, más secas. Comenzarán a caer.
Hasta que me dé cuenta de cuánto ha cambiado el aspecto del árbol de nuestro
jardín, y sepa entonces que ya ha llegado el invierno, que el invierno está
pasando ya para nosotras…
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