lunes, 23 de enero de 2017

El olvido como recuerdo


Desde que te fuiste,
los días son más tranquilos.

Ha desaparecido el sobresalto,
el colmillo hendido en la espalda,
el ruido de todas las ambulancias.

Desde que te fuiste, también,
te recuerdo de otra manera.

Escucho tu risa en lugares en los que no estuvimos,
el aire me trae recuerdos que me golpean las sienes,
hay aullidos sin cuerpo que me sorprenden al quedarme sola.

No consigo acostumbrarme.

He cambiado el llanto anunciado
por lágrimas que me sorprenden en mitad de la carretera.

El otro día, pasé por esa calle que habitamos
cuando ser felices era cuestión de mirarnos a los ojos.
Vi dos sombras apoyadas sobre la encimera
de la misma cocina donde veíamos el futuro
sin necesidad de hacer ningún truco.

Pensé en todas las cosas que no he podido contarte.

Pensé, también, que jamás se abrazarían
como lo hacíamos tú y yo
cuando apretarse era algo más que buscar abrigo.

...


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