martes, 8 de enero de 2019

Si no te enseñaron a abrazar
y me cogías torpe la mano.

Tú y yo, dos comensales,
cenando miradas perdidas.
Nuestros estómagos hambrientos
rugen una pena viciada,
y tu voz, al final del túnel,
se enreda con la luna llena
y los aullidos.

Tan vacíos que no supimos
dar un mordisco a la manzana.

1 comentario:

  1. Me encantó esto:
    Nuestros estómagos hambrientos
    rugen una pena viciada.
    Besos

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