Me precipito
empapada de imágenes
desteñidas:
Mi cuerpo transparente
busca el abrazo
de un rostro cubierto
por un tupido velo
que me seque.
que me seque.
Corres así, a ciegas,
pero consigues ver
las formas y señales
que te empujan a lanzarme
por la espalda
por la espalda
a la isla extranjera.
Hastiada nado
por un mar de palabras
que envuelven mi pecho,
prieto y arrobado,
para regalar
un martes y trece
un martes y trece
al reflejo
de las nubes
en mis lágrimas.
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