lunes, 11 de diciembre de 2017

Última semana


Somos procastinadores saboreando el último bocado de vida. Nos recordamos finitos, ergo nos apresuramos a salir, a reír, a querer. A decir que queremos. No hace mucho, Mánchester era el principio de una etapa que ya acaba. 

Pienso esto, miro por la ventana, y las ramas del árbol de mi jardín me advierten de ello –mi árbol, me apropio de una parte de él–. Ahí está, completamente desnudo, arrinconado en este invierno prematuro que me oprime y me asusta. Nostalgia, nostos-algia. ¿Cómo es posible sentir dolor por un recuerdo que todavía no ha pasado? ¿Y cómo llamar al dolor por aquello que no ha ocurrido y que -lo sabes, estás segura- nunca llegará?

No hay comentarios:

Publicar un comentario