miércoles, 12 de septiembre de 2018

Puertas, relojes y veces

Llamar a tu puerta por tercera vez. Aquella tarde se paró el primer reloj. Llamar a tu puerta y tú abrirme con nuevas horas envueltas y yo sentir que sí. De verdad sentir que sí. Asimilar una emoción que te empeñaste en gritar a los tres vientos -te dejaste a poniente y en aquellos días se veía el Mondúver. Pero yo a seguir llamando hasta que. Resulta que había una ventana, es decir, ya no quedaba tiempo, y un silencio confuso invadió toda la casa. Llegaba la tercera invencida. Aquello tan mío de volver a creer en la fe que nunca creyó en mí. Volver a aquello para luego volver a mi origen. Y allí estaba mi vacío derramándose y tú saltando de él hacia otro hueco que desocupar. Pero ocurre que la fe y el paso del tiempo son de color verde y prenden con el viento seco. Nos perdonaréis, era nuestro tercer verano y no queríamos morir sin intentarlo. (Si yo no quería morir, si tú no querías intentarlo). Y después de todo aquello, una mañana algo más fresca despertaste y eras tan súbitamente feliz. Claro, era la fe llamando a tu puerta por tercera vez. Yo mientras te soñaba abriendo otras puertas y ventanas que te llevaban al mismo sitio, a otros lugares, pero a ese mismo sitio de siempre. Ya sabes lo que pasó, te quitaste las gafas y se paró el segundo reloj. 

miércoles, 5 de septiembre de 2018

Vaivén

Por allí se acerca mi futuro
descongelando la nostalgia
de nuestro pasado,
una nube sonrosada
que se aleja
lloviendo flores.

lunes, 27 de agosto de 2018

El ángel de nuestra historia

Siempre he sido de volver a los sitios donde he sido feliz, a veces solo un poco feliz, a veces una infelicidad alterada por el paso del tiempo... La pared no es la misma, yo quiero convencerme de que tampoco soy la misma, pero siempre hago lo que sea por volver a esos mismos sitios, a buscar con disimulo lo que nunca encuentro.

Después, continúo a pasitos ligeros.

“Salvación”, Pizarnik

“Se fuga la isla.
Y la muchacha vuelve a escalar el viento
y a descubrir la muerte del pájaro profeta.
Ahora
es el fuego sometido. 
Ahora 
es la carne
la hoja
la piedra
perdidas en la fuente del tormento
como el navegante en el horror de la civilización
que purifica la caída de la noche.
Ahora
la muchacha halla la máscara del infinito
y rompe el muro de la poesía”

viernes, 24 de agosto de 2018

“Poema 23”, El árbol de Diana, Alejandra Pizarnik

una mirada desde la alcantarilla
puede ser una visión del mundo

la rebelión consiste en mirar una rosa
hasta pulverizarse los ojos

miércoles, 22 de agosto de 2018

Complejo

Edipo sentencia mi condena en pleno agosto, cuando nos creemos más libres. Aquí tu recuerdo me acompaña, es una nube blanca y densa que no me deja ver. Se desvanece si la toco con los dedos. No es algodón, recuerdo -mis ojos en blanco-. A veces tan niña, tan imaginación...
Tras varias horas, me incorporo en un gesto de determinación: tengo que soltar, mis cadenas conducen la frustración a 230 voltios. Nadie es culpable -todos lo somos-, pensamiento sellado. Seguiré caminando, a ver qué sucede...

martes, 21 de agosto de 2018

Entra en su habitación, la ve vacía. Memento mori fugaz. Se siente una estrella que murió hace millones de años. Ella brilla y se mira en un espejo opaco. Se ha quedado ciega, la pobre muñeca.